Los tenedores de bonos que quedaron en default hace 23 años tuvieron una victoria que le permitiría embargar unos US$ 187 millones.
La Justicia estadounidense autorizó hoy que se embarguen activos que tiene el Estado argentino depositados en una cuenta del Banco Central en la Reserva Federal estadounidense (Fed).
La jueza Debra Ann Livingston, de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, confirmó el dictamen en primera instancia de la jueza Loretta Preska, de la Corte del Distrito Sur de esa ciudad, quien habilitó que los acreedores de la Argentina embarguen bonos del Tesoro de Estados Unidos que el país tenía en su poder.
Son títulos que se usaron como garantía de pago de los bonos Brady, emitidos a principios de 1990 y que vencieron en marzo de 2023.
Según indicó el especialista en mercados Sebastián Maril, quien sigue en detalle los juicios por la deuda en default de la Argentina, dijo que en “en tan solo un mes, la Argentina perdió la apelación por los cupón PBI en Londres (US$ 1.500 millones); recibió sentencia sumaria por deuda en default (US$ 140 millones); perdió la certificación del fallo del Ciadi en EE.UU. en el caso Aerolíneas Argentinas (US$ 340 millones), y perdió la apelación por embargos de activos soberanos en caso deuda en default (US$ 420 millones). Repito, dejar que las cortes hablen no es una estrategia legal, sino una excusa para no tenerla”.
Maril, consultor de Latam Advisors y con información proporcionada por los fondos especulativos, siempre brinda información detallada sobre los juicios que se siguen contra la Argentina en el exterior.
Los fondos Attestor Master Value, Trinity Investments y White Hawthorne, Bison Bee LLC y Bybrook Capital Master compraron deuda argentina en default desde 2001 a tenedores que nunca ingresaron a los tres canjes que emitió el país, en 2005 (bajo la gestión de Néstor Kirchner), 2010 (Cristina Kirchner) y 2016 (Mauricio Macri).
Se cree que son menos del 3% del total de los tenedores originales que mantuvieron la deuda en default e iniciaron juicio al Estado argentino, llamados coloquialmente holdouts o fondos buitre.
En total, la Argentina adeuda unos US$ 420 millones por la deuda en default de 2001.
Son títulos del Tesoro de Estados Unidos cupón cero que la Argentina tenía como garantía de pago de los bonos Brady que el país emitió a principio de los 90, cuando refinanció la deuda acumulada de la década anterior, gracias a una política de beneficios que lanzó el entonces secretario del Tesoro estadounidense, Nicholas Brady.
Si la Argentina no pagaba los intereses de los bonos Brady, los acreedores podían cobrar los bonos del Tesoro estadounidense que estaban en una cuenta especial en la Reserva Federal de Nueva York.
Durante 2005, esos bonos ya fueron parte de un embargo cuando la Argentina lanzó el canje por la deuda en default de 2001.
Cuando se reabrió el canje en 2010 y luego en 2016, los tenedores de los bonos Brady cambiaron su deuda en default y liberaron la prenda.